- Fría a una temperatura moderada: es mejor 160 °C que 180 °C.
Aunque a temperatura más baja se alarga un poco el proceso (lo que podría traducirse en una mayor absorción de grasa), la diferencia es apenas un minuto.
- Rellene la cubeta con aceite nuevo, a medida que se vaya gastando: echar un poco de aceite sin usar alarga la vida del que ya hay en la freidora.
- Con el aceite nuevo no obtendrá los mejores resultados: el aceite alcanza su punto óptimo tras dos o tres usos, cuando su composición lo hace mejor para freír.
- Aunque no utilice mucho la freidora, conviene cambiar el aceite después de dos o tres meses, para evitar que se enrancie.
- Elija el tipo de aceite en función del tipo de fritos que más haga. Las patatas crudas o verduras crudas apreciarán aceites más sabrosos, de oliva u orujo de oliva. Los alimentos precocinados se adaptan mejor a un sabor más neutro, como el del aceite de girasol y el alto oleico.
- Si va a freír varias cosas, evite apagar el aparato: la sucesión de calentamientos y enfriamientos van estropeando el aceite.
- Hay algunos alimentos que no conviene freír en freidora eléctrica: es el caso sobre todo de los
alimentos con más grasa, como chorizo, morcilla, pescado graso… mancharán demasiado el aceite.
- No tire el aceite usado por el WC o el fregadero: recójalo y llévelo a reciclar.
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